Se trata de uno de esos avances tecnológicos que llegaron para quedarse, porque son un acierto y porque mejoran notablemente los tiempos y exactitud de algunas tareas que, si bien repetitivas o cansadoras, son de vital importancia. Imagínate en una producción de piezas para automóviles en que todas las partes pasan por una revisión de calidad y defectos. Si alguno de ellos tuviera un problema, por menor que fuera, disminuiría su vida útil, produciendo mal funcionamiento antes de lo esperado y por supuesto los usuarios se verían en problemas eventualmente. Es por eso que se han hecho esfuerzos por mejorar y automatizar estos procesos, disminuyendo el margen de error casi a cero. Así llegan tecnologías como la Visión Artificial, que en este caso permitiría detectar productos defectuosos rápidamente, diferenciándolos de lo que es un producto “normal” de forma automática. Esto gracias a un algoritmo desarrollado y entrenado específicamente para cada aplicación en particular, lo que hace de esta tecnología una de las más adaptables a las necesidades del usuario.
Si bien cumplen funciones muy diversas, todos los métodos de Visión Artificial funcionan de una manera similar y la clave está en el algoritmo que opera en el computador o “cerebro” de la máquina, que le indica cómo debe interpretar lo que está “mirando”. Pero ¿cómo puede “ver” una máquina? La verdad es que hay distintas formas de ver o percibir. Y no sólo entre humanos y máquinas, de hecho en el reino animal ya encontramos diversas formas: visión de calor, por ondas, o como nosotros que vemos gracias a la luz y triangulamos lo que observamos con nuestros dos ojos para entender la profundidad. Pero no olvidemos que también “miramos” a través de otros sentidos: la audición nos indica si hay un río cerca y de hecho lo puedes visualizar, y con el tacto puedes obtener muchas veces información mucho más detallada de una textura que con los ojos. En el caso de la VA también varían en cuanto a su sistema de percepción: algunas máquinas utilizan láser, video u ondas sonoras entre muchos otros. Todo depende del objetivo que tengan. Por ejemplo, en una producción de manzanas hay que identificar “intrusos”. Esto se refiere a elementos que no pertenezcan a la producción y que se hayan colado en alguna de las etapas, como una piedra del tamaño de una manzana, por ejemplo. En este caso se utilizan cámaras hiperespectrales que diferencian las ondas producidas por el cuerpo de las manzanas de las ondas producidas por las piedras. De hecho, se podría diferenciar una manzana normal de una de plástico porque la longitud de sus ondas son distintas al componerse de materiales diferentes.
¿Otras aplicaciones interesantes? Automatizar el traspaso de información análoga a digital con los lectores de códigos y caracteres cuyos algoritmos reconocen letras, a pesar de que cambien tipografía, color ¡e incluso algunas reconocen la escritura a mano! También hay VA para metrología, que utiliza visión láser para identificar hasta el más mínimo detalle y volumen de un cuerpo, ¡Adiós huinchas de medir!
Cuéntanos si ya sabías de la visión artificial y si conoces otras aplicaciones interesantes.
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